El nuevo testigo,
identificado como R.S.T., de 29 años, es empleado municipal y además cumple
tareas de seguridad en el boliche Akiles, propiedad de la familia de Emanuel
Giaccone, uno de los dos detenidos por el crimen. Según el fiscal, R.S.T.
brindó un testimonio clave que lo ubica en el lugar del hecho tras el asesinato,
y admitió haber sido llevado allí para colaborar en la eliminación de pruebas y
el descarte del celular de la víctima.
De acuerdo a su
declaración, esa mañana —alrededor de las 7— recibió múltiples llamadas al
celular desde el número de Giaccone, las cuales no atendió. Luego, el propio
Emanuel Giaccone se presentó en su domicilio acompañado por Cristian Almeida,
el otro imputado, a bordo de un Audi A4. Le ordenaron subir al vehículo y salir
de la ciudad con el argumento de que “había trabajo”.
Durante el trayecto,
Giaccone le habría manifestado, de manera confusa, que los tres “estaban en
esto”. Ante la sorpresa del testigo, Emanuel sólo repetía una frase: “Le pegué
un tiro en el pecho”. Esa confesión se reiteró varias veces, incluso mientras
regresaban a la escena del crimen, donde el cuerpo de Leonela yacía tendido
hacía ya varias horas. Allí, los tres comenzaron a revisar el entorno,
aparentemente buscando objetos para ocultar o eliminar.
El fiscal Valero, que
ya había imputado a Giaccone y Almeida el pasado 28 de junio por homicidio
doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, ahora
deberá evaluar la responsabilidad penal de este tercer involucrado, que podría
ser acusado de encubrimiento o incluso como partícipe necesario, según avance
la investigación.
El caso de Leonela
Giménez ha generado una fuerte conmoción en la comunidad, y con este nuevo
testimonio, la causa suma un testigo presencial que podría ser clave para
esclarecer la mecánica del crimen y el grado de participación de cada uno de
los involucrados.