A la salida
del juzgado, el coordinador del equipo fiscal especial, Martín Bogado, brindó
declaraciones a la prensa. Señaló que las defensas de los imputados —tal como
se preveía— centraron sus intervenciones en cuestionar tanto las pruebas como
los testigos presentados.
“El debate
giró en torno a las pruebas y la admisión de testigos. Las defensas se oponen a
la mayoría, planteando objeciones técnicas o basadas en cuestiones irrisorias e
insólitas”, manifestó el fiscal.
Consultado
acerca del avance de las audiencias y la posibilidad de que se sumen nuevas
fechas, Bogado indicó que es poco probable que la próxima sea la última. “Hay
testigos que fueron objetados y cuya resolución fue diferida por la jueza. Aún
me restan cinco o seis testigos por presentar. Luego, la querella y la defensa
evaluarán si proponen más”, explicó. Y añadió: “Era previsible que presentaran
objeciones para entorpecer nuestro trabajo. No les conviene que algunas pruebas
salgan a la luz”.
En ese
sentido, detalló que existen elementos de prueba contundentes que la defensa
intenta dejar fuera del juicio. “Hay audios, videos y filmaciones que
clarifican los hechos. Cuestionan aspectos técnicos, como la calidad de los
peritajes o la presencia de testigos en el campo, incluso con argumentos
insólitos”, indicó. A pesar de ello, Bogado fue enfático: “Estamos listos para
el juicio, pero la defensa no quiere que incorporemos todas las pruebas”.
El juicio,
entre agosto y septiembre
Por último,
el fiscal estimó que el juicio por jurado podría iniciarse entre agosto y
septiembre. Además, no descartó la posibilidad de que algunos de los imputados
accedan a un juicio abreviado. “Esa posibilidad está presente. Hay imputados
que están interesados en esa vía, y analizaremos si resulta conveniente o no en
este caso”, concluyó.