El juicio, que se llevó
a cabo con la jueza técnica María Virginia Ise, contó con la representación del
fiscal de Cámara Sergio Cáceres Olivera, los abogados defensores Enrique
Fernández e Israel Aguirre, y los querellantes Paulo Zeniquel y Joaquín Dudik.
La primera jornada estuvo marcada por la conformación del jurado, luego de la
audiencia de voir dire, en la que se seleccionaron a los miembros del jurado. A
continuación, la jueza leyó las instrucciones iniciales y, posteriormente, las
partes expusieron sus alegatos de apertura.
La instancia de
producción de la prueba se desarrolló el miércoles y se extendió hasta el
tercer día de audiencias, cuando las declaraciones de los testigos culminaron.
Al finalizar esta etapa, las partes expusieron sus alegatos de clausura e
instrucciones finales, lo que marcó el inicio de la deliberación. Tras un
tiempo, el jurado dio a conocer su veredicto, declarando culpable al acusado.
La próxima semana se conocerá el tiempo de condena efectiva y los fundamentos
del fallo.
Los hechos
Según consta en el
expediente, el hecho ocurrió el 28 de mayo del 2024 en una propiedad ubicada a
unos 30 kilómetros de la capital chaqueña. Hasta allí, la víctima había ido a
hacer trabajos de albañilería y de pintura por pedido de Díaz Pacce.
Según relató la
víctima, llegó a primera hora de la mañana y cuando decidió tomarse un descanso
para ir a su domicilio a almorzar, el médico presuntamente ideó un plan para
concretar el abuso. Primero lo convenció de que se quedara a comer y que él
después lo llevaría hasta su casa. El trabajador aceptó la invitación después
de que el hombre de 56 años le insistiera varias veces.
Después que terminó el
almuerzo, el médico le ofreció un vaso de licor de quinoto casero que él mismo
había hecho y luego le pidió que lo ayudara con más tareas en la planta alta de
la casa. Sin embargo, a los pocos minutos, cuando subían la escalera, el
albañil comenzó a sentirse mal hasta que se desmayó. Según dijo ante la
Justicia, le había colocado un sedante en la bebida. Al otro día se despertó
adolorido, mareado y con moretones y sangre en varias partes.
Fue el propio Díaz
Pacce quien lo llevó hasta su casa. En el camino le pidió que no contara lo que
había pasado. Al llegar al domicilio, la esposa del albañil vio el estado en
que se encontraba, comenzó a preguntarle qué le pasaba, hasta que finalmente lo
llevó al hospital Julio C. Perrando, donde constataron -entre varias cosas-
desgarros en zona íntimas. Las pruebas toxicológicas corroboraron que tenía un
miorelajante en sangre, aunque por la cantidad de horas que pasaron desde que
ingirió el licor de kinoto, no se pudo establecer cuál sustancia fue.