Por unanimidad el
cuerpo legislativo dejó promulgada la normativa que determina cómo estas
escuelas deben ser gestionadas. Serán organizaciones sin fines de lucro de
reconocida trayectoria y que respondan a un proyecto pedagógico, social,
comunitario, cooperativo y solidario, basado en las necesidades propias de los
contextos en que se encuentran insertas y estructurado en base a los
lineamientos de la política educativa nacional y jurisdiccional.
Les corresponde
desarrollar proyectos pedagógicos a partir de procesos de construcción
dialéctica y horizontal que pongan el eje en enseñanza y aprendizajes para la
formación de sujetos autónomos, críticos, comprometidos con el desarrollo
integral de su comunidad, considerando los lineamientos de la política
educativa provincial. También deben implementar un modelo de gestión comunitaria
y colegiada, que propenda a la democratización de la conducción institucional,
favoreciendo relaciones horizontales entre los actores que forman parte de sus
instituciones.
La ley también dispone
que las EPGS se ajustarán a las
mismas obligaciones que las instituciones de gestión estatal, exceptuando
aquellos aspectos explícitamente normados en la presente ley, entre los que se
destacan: ofrecer servicios educativos que respondan a necesidades de la
comunidad en las que se encuentran ubicadas y brindar información necesaria
para la supervisión pedagógica administrativa y el control contable y laboral
por parte del Estado.
Se establece que se
deben reconocer los títulos y certificados de estudios expedidos por las EPGS,
en tanto se adecuen a la normativa vigente, a planes de estudio y diseños
curriculares, régimen académico y demás requisitos de validez nacional y
competencia de los estudios cursados.
Fundamentos en el recinto
Previo a la sanción de
la ley, la diputada Zulma Galeano, Presidente de la comisión de educación
expuso que “este proyecto llegó a mis manos en el 2022 con la intención de
poder generar un orden en lo que son las Escuelas de Gestión Social en un
momento en que la sociedad estaba discutiendo la funcionalidad de ellas, en una
muestra más de como en el Chaco estaban las instituciones en la anomia. Desde
muchos años hay instituciones educativas que buscan llevar respuesta a través
de distintos formatos de estructura en el país”.
“Las escuelas de
gestión social son escuelas públicas y están funcionando en la provincia desde
el 2012 sin respaldo de una normativa que las pueda regular, me consta que los
docentes de muchas de esas instituciones han mencionado la necesidad de contar
con un régimen que pudiera regularlos para que sus derechos y obligaciones
puedan estar expresados”, relató la legisladora. “El Gobernador nos ha
encomendado que vamos a trabajar por el orden, por eso ratifiqué mi compromiso
con los colegas de seguir insistiendo para que el régimen que las regula pueda
ser una realidad ya que es un proyecto trabajado por docentes de varias escuelas,
el empuje, la necesidad, los fundamentos son de algunos directores”.
Por su parte, la
diputada Analía Flores expresó su postura frente al proyecto de acompañamiento
al mismo. “Éste es el culmine de un largo proceso que se fue dando durante
muchos años, no es que había una anomia, sino que como todo proceso que crece y
se explaya llega el momento en que hay que empezar con otro nivel de
organización. Si bien sabíamos que iba a llegar el momento de tener que
reglamentar la situación, también es cierto que en estos 16 años pasados,
nosotros estábamos creando escuelas de gestión social”.